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martes, 14 de agosto de 2012

#Venezuela Si esto no es esclavitud, digame usted que es? Oferta de empleo revolucionario!


Por Frank Correa
Oferta de empleo revolucionario!
Por Frank Correa
Por la emisora local de Palma Soriano, y por otras emisoras municipales de la antigua provincia de Oriente, se anunció una nueva oferta de plazas, para trabajar en el sector del turismo, en Varadero. Y un gran número de hombres desempleados se embarcó tras el anuncio.
Informaba la nota del Ministerio de trabajo, que el sector del turismo brindaba en Varadero puestos de trabajo con buenos salarios y un incentivo en moneda convertible. También mensualmente los obreros tendrían derecho a una jaba (bolsa) con artículos para el aseo personal, se garantizaba la transportación gratis hasta Matanzas y el hospedaje, la alimentación y las vacaciones.
Los requisitos exigidos eran: llenar la planilla del órgano de trabajo municipal, presentar el documento de ubicación del Comité militar y realizarse un chequeo pre-empleo expedido por el médico del consultorio o el policlínico. Hombres de todos los estratos se presentaron en la oficina, pero mayoritariamente acudieron universitarios y técnicos medios, que con las reducciones de plantillas recientes debido a la actualización del modelo socialista, han quedado sin empleos y andan a la deriva, dedicados al “invento”.
El grupo que partió de Palma Soriano llenó cinco ómnibus de la firma Gaviota y Transtur, que se unieron por el camino a otros grupos que iban para el mismo destino: Matanzas, donde llegó la caravana de ilusos encantados por el aire acondicionado, la película en DVD en el televisor del ómnibus, y la merienda que tomaron en Sancti Spíritus.
Pero el panorama fue otro al arribar al contingente de la construcción Vladimir I. Lenin, fin del viaje, y encontrarse que las únicas plazas de trabajo que existían allí eran: albañil y masillero. Una brigada que llevaba un mes en el lugar, les contó a los recién llegados, el callejón sin salida y el engaño donde habían sucumbido.
El contingente Vladimir I. Lenin se encargaba de construir el hotel La Marina, de Varadero, pero las condiciones de trabajo y el trato rozaban los límites de la esclavitud. El único avituallamiento que les habían entregado era una colchoneta vieja, para dormir. La comida era mala, en el comedor no había cubiertos, ni vasos, y estaban utilizando el carné de identidad como cuchara. Se quejaban porque el reglamento laboral era muy estricto y por cualquier motivo les suspendían la divisa y la jaba de artículos de aseo personal. Además, los salarios no eran tan altos como informaba la nota de prensa.
Pedro Figueredo, de 54 años y natural de Palma Soriano, contó que la dirección del contingente trataba al trabajador como basura. Muchos obreros ya habían renunciado, pero no contaban con dinero para regresar a sus provincias y estaban trabajando por su cuenta en una finca, chapeando y arando, para conseguir el dinero del pasaje.
Figueredo mencionó como responsables de aquel infierno a Lorenzo, Director del contingente Lenin, y a Rafael, el jefe de personal. También culpó al Ministerio del Trabajo, a la Emisora Radio Palma, y culpa a los mismos ilusos trabajadores, por creer todo lo que anuncian en la radio.Por la emisora local de Palma Soriano, y por otras emisoras municipales de la antigua provincia de Oriente, se anunció una nueva oferta de plazas, para trabajar en el sector del turismo, en Varadero. Y un gran número de hombres desempleados se embarcó tras el anuncio.
Informaba la nota del Ministerio de trabajo, que el sector del turismo brindaba en Varadero puestos de trabajo con buenos salarios y un incentivo en moneda convertible. También mensualmente los obreros tendrían derecho a una jaba (bolsa) con artículos para el aseo personal, se garantizaba la transportación gratis hasta Matanzas y el hospedaje, la alimentación y las vacaciones.
Los requisitos exigidos eran: llenar la planilla del órgano de trabajo municipal, presentar el documento de ubicación del Comité militar y realizarse un chequeo pre-empleo expedido por el médico del consultorio o el policlínico. Hombres de todos los estratos se presentaron en la oficina, pero mayoritariamente acudieron universitarios y técnicos medios, que con las reducciones de plantillas recientes debido a la actualización del modelo socialista, han quedado sin empleos y andan a la deriva, dedicados al “invento”.
El grupo que partió de Palma Soriano llenó cinco ómnibus de la firma Gaviota y Transtur, que se unieron por el camino a otros grupos que iban para el mismo destino: Matanzas, donde llegó la caravana de ilusos encantados por el aire acondicionado, la película en DVD en el televisor del ómnibus, y la merienda que tomaron en Sancti Spíritus.
Pero el panorama fue otro al arribar al contingente de la construcción Vladimir I. Lenin, fin del viaje, y encontrarse que las únicas plazas de trabajo que existían allí eran: albañil y masillero. Una brigada que llevaba un mes en el lugar, les contó a los recién llegados, el callejón sin salida y el engaño donde habían sucumbido.
El contingente Vladimir I. Lenin se encargaba de construir el hotel La Marina, de Varadero, pero las condiciones de trabajo y el trato rozaban los límites de la esclavitud. El único avituallamiento que les habían entregado era una colchoneta vieja, para dormir. La comida era mala, en el comedor no había cubiertos, ni vasos, y estaban utilizando el carné de identidad como cuchara. Se quejaban porque el reglamento laboral era muy estricto y por cualquier motivo les suspendían la divisa y la jaba de artículos de aseo personal. Además, los salarios no eran tan altos como informaba la nota de prensa.
Pedro Figueredo, de 54 años y natural de Palma Soriano, contó que la dirección del contingente trataba al trabajador como basura. Muchos obreros ya habían renunciado, pero no contaban con dinero para regresar a sus provincias y estaban trabajando por su cuenta en una finca, chapeando y arando, para conseguir el dinero del pasaje.
Figueredo mencionó como responsables de aquel infierno a Lorenzo, Director del contingente Lenin, y a Rafael, el jefe de personal. También culpó al Ministerio del Trabajo, a la Emisora Radio Palma, y culpa a los mismos ilusos trabajadores, por creer todo lo que anuncian en la radio.

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